Carta a mi madre

Mami:

Te escribo estas líneas con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar desde que llegué a casa y ví al entrar a tu cuarto que ya no estás…
No sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí y mi familia en estos últimos dos meses (y esto ya por segunda vez).

Desde que soy madre me he dado cuenta con cuánto sacrificio, cariño y esmero has dedicado los mejores años de tu vida para cuidarnos a mí y a mi hermana, dejando de lado muchas veces tus necesidades y deseos personales.

Recuerdo que durante mi época en el colegio te levantabas por las mañanas muy temprano para hacerme el desayuno y me lo traías a la cama, me llevabas al colegio en bicicleta, ya que en esa época no teníamos auto y te daba igual si llovía, había sol, o tenías que luchar en una calle empinada. Me tenías la comida simpre lista y muchas veces yo me quejaba porque no me gustaba o quería otra cosa. Ahora me doy cuenta lo ingrata que fui y la suerte que tuve de tener a alguien que se preocupara tanto por mí y me brindara tanto cariño.

Ahora que soy madre de dos niños veo cuán pesada era la mochila que cargabas y lo tonta que era cuando me pedías por ejemplo que te ayudara ordenando mi cuarto y yo me negaba.
Ya es demasiado tarde para cambiarlo…pero me gustaría decirte todo lo que te quiero, a pesar de no poder demostrártelo siempre como quisiera. La vida en Alemania me ha cambiado mucho y aunque me cueste admitirlo, entre otras cosas, me ha endurecido. Pero el amor que siento por vos no conoce de idiomas, países ni de continentes.

Con esta carta me gustaría agradecerte por tu amor y ayuda incondicional hacia mí como hacia tus nietos. Por correr hacia mi bebé sin él ni siquiera haber hecho “eh”…, por bañarlo, cambiarle los pañales, darle la mamadera, jugar con ellos, contarles cuentos o simplemente mimarlos y darles muchos besos.

Sos la mejor mamá que me podría haber tocado en esta vida y en cualquier otra y espero poder volver a verte pronto.

Tu hija
Carina

 

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