Mi segundo parto en Alemania

Todo comenzó un día después de haber escrito el post “¿Valiente yo? Bendita la epidural!…
El miércoles por la noche me sentía algo rara y comencé a tener unos dolores un tanto extraños y supuse que serían contracciones, pero todavía eran tan espaciadas que sabía que el parto no era inminente.
El día siguiente me desperté a eso de las 8 de la mañana con contracciones cada 10 minutos, me tomé un taxi y me fui al hospital rogando a Dios que me pudieran dar la buena noticia de no tener que cargar más con esa panzota por la vida.
Después de haber escuchado los latidos del bebé y observar que las contracciones no eran de parto, la médica realizó una ecografía y me dijo: uyy este niño es muuuuy grande! pesa más de 4 kg!!! ¿Qué me está contando Sra.? pensé. Me la mandó el enemigo para meterme más miedo en el cuerpo? En ese momento sinceramente no creí en sus palabras y recordé que con mi primer hijo me habían dicho exactamente lo mismo y finalmente llegó a pesar 3,800, que no era peso pluma pero tampoco era “EL GIGANTE”.
¿Desea intentar dar a luz de forma natural?, me preguntó.
Realmente no sé qué es lo que prefiero. Lo que tengo clarísimo es que no quiero pasarme horas y horas sufriendo para que finalmente me comuniquen con toda la paz del mundo que este cristiano no sale de otra manera y terminar en el quirófano nuevamente. Respiré hondo, ya imaginándome su respuesta y le pregunté: ¿Usted que me recomendaría?
Le recomendaría tenerlo por cesárea por varios motivos: el niño es muy gordito, su panza es MUY grande y al intentar dar a luz de forma natural puede quedar trancado lastimándose el cuello, además cabe la posibilidad de que la cicatriz de la primera cesárea no aguante tanto esfuerzo :-(… Consúltelo con su esposo y si se deciden por una cesáresa llame mañana para hacer una cita con el ancestecista. La miré y le contesté, esta es una decisión que tengo que tomar YO solita, es mi cuerpo en definitiva. Pero estaba claro que con el “pronóstico” que me había dado la suerte estaba echada.
Al día siguiente seguí su consejo y llamé para acordar fecha para la operación:
1era estación: BUROCRACIA. Primero lo primero…
2da estación: Cita con el MÉDICO encargado de explicarme los riesgos de la operación.
Muy simpático el buen hombre comenzó a explicarme cómo me operarían… cuando vi que la cosa se ponía fea lo interrumpo y le digo STOP!! No quiero que me cuente nada! Yo ya leí lo que me dieron para firmar (mentira si bien me lo leí para la primera cesárea, esta vez no lo quise ni mirar). Abre los ojos tamaño plato y me dice, ¿¿¿no quiere que le cuente nada???! No, no quiero, ¿para qué? Lo que me vaya a hacer, hágalo!, aunque me lo cuente no va a cambiar nada.
Me mira fijo y escribe en el papel que había firmado: “La paciente no desea saber más detalles” (Die Pantientin möchte keine wietere Details wissen). De común acuerdo fijamos fecha para el 18 de marzo siempre y cuando no rompiera bolsa antes de esa fecha, así le dábamos tiempo a mi madre a que llegara de Uruguay y teníamos asegurado el cuidado de diablillo.
3era estación: ANESTECISTA
Para esto mis ojos ya eran lo más parecido a una represa a punto de reventar.
– El buen hombre me dice: Tome asiento. Por lo que leo, desea tener a su hijo por cesárea.
– Ejem….(a ver como se lo explico Señor. Anestesista). No, la verdad que como desear, no lo deseo, pero la médica me lo recomendó y decidí hacerle caso (me imagino que para eso estudió tantos años y sabrá de lo que habla).
– Me gustaría explicarle cómo aplicamos la epidural.
– Ahórrese los detalles…ya lo viví en mi primer parto, le dije.
– Me gustaría aclararle que en el 2% de los casos la epidural local (PDA) no funciona y tenemos que recurrir a la anestesia general (Vollnarkose)…Zass!! Gracias Señor Anestesista, eso mismo era lo que necesitaba escuchar para que la represa reventara! Me largué a llorar desconsoladamente, el pobre hombre seguía hablando sin desviar la mirada y yo no lograba decir una sola palabra. Se despidió deséandome suerte y cuando me estaba por ir me piden que pase por otro lugar a controlar los latidos del bebé.
4 por suerte última estación: CTG
Mientras subía a la habitación recibo un mensaje de una conocida que justamente hacía solamente dos horas había dado a luz en ese mismo hospital donde me contaba lo perfecto que había sido su parto. Claro que me alegré mucho por ella, pero el primer sentimiento que tuve fue de mucha tristeza y una pregunta me rondaba todo el tiempo por la cabeza, ¿por qué no puedo tener a mi hijo de modo natural como otras mujeres? ¿Habré hecho algo mal durante el embarazo? ¿Habré comido demasiado? Sí!!! claro que comiste, me contestó el diablito. Pero el angelito le contestó, según su ginecólogo, el tamaño y peso de su bebé no depende de lo mucho o poco que haya comido durante el embarazo…aunque ni a ella ni a mí nos termina de convencer esa teoría…pero él sabrá mejor que nosotros.
El sábado tuve algunos síntomas que anunciaban que el parto se acercaba cada vez más, pero no tenía ni una sola contracción. Mi mayor miedo era romper bolsa nuevamente durante la noche, pero esta vez mi niño se portó de modo ejemplar y esperó hasta la mañana siguiente. A las 8 me despierto y de camino al baño, Zass, rompí bolsa…en menos de una hora arreglé con la babysitter para que viniera a casa, llamé un taxi y me fui sola al hospital, ya que mi esposo tenía que ocuparse de nuestro hijo hasta que ella llegara. Para mi sorpresa al subir al taxi veo que no era un conductor sino una conductora Pensé, buenísimo! Seguro que tiene hijos y no me va a venir con comentarios
pelotudos tontos.
– Le digo, al hospital por favor. Rompí bolsa, pero no se preocupe que vine preparada, ya puse una bolsa y una toalla en el asiento y no voy a ensuciar nada me miró, se sonrió y encendió el motor.
En los pocos minutos de viaje hasta el hospital nos pusimos a charlar y me dice:
– Yo tengo 3 hijos y nunca sentí dolores cuando di a luz (Aja…hasta ahí me caía bien, pero ya comencé a mirarla torcido)…Es más, el día del parto de uno de ellos cuando ya estaba por salir, le dije a mi hermana: Uy, justo ahora que tengo que pujar tengo gases…
Y el médico me responde: no! son las contracciones!!! Puje señora, puje!!!
– Noooooooooooooo! por favor! No me cuente eso que me voy a tirar del taxi!!! Yo estoy yendo ahora mismo a que me abran como un pollo porque es la única forma de que este cristiano salga de donde está.
Cuando nació Emiliano el primer comentario que escucho después de su llanto fue, “ya lo puede inscribir en la guardería”. ¿Cuánto pesa? le pregunto, 4550 gramos y mide 55 cm! Ach du scheisse! (se me escapó) Madre mía y la virgen santa! Menos mal que seguí los consejos de la médica, sino no sé cómo hubiese podido dar a luz semejante lechoncito
En mi último post les conté el mal rato que pasé cuando después de mi primer parto no se me ocurrió mejor idea que ir a la peluquería y la chica me pregunta, cuándo iba a tener a mi bebé. Pues, parece ser que el peligro acecha en cada esquina jaja Un par de días después de haber regresado no habíamos cocinado así que le propuse a mi mamá comprar algo en un turco cerca de casa.
Entro al local y me pregunta:
– ¿y? ¿Cuándo tendrías que estar en el hospital?
– (Mmm…pensé, ¿qué le respondo? Dios iluminame, mandame una señal!!) …Riéndome por dentro le contesté: en un par de días.
-Uy sí, los últimos días son los peores, me dijo.
– Sí espero que salga pronto porque ya no puedo más jaja…Si supieras…(tengo que aclarar que hasta casi dos semanas después del parto seguía haciendo muchísima retención de líquido, aprox. 8,5 kg solo de agua!!), ¿pero al punto de pensar que mi bebé todavía no había nacido?…en su defensa tengo que decir que es bizco y realmente no sé si ve bien o no
Dos semanas y media después decidí pasarme nuevamente por allí pero esta vez con bebé incluido.
– Entré y me dice: uy ya llegó!
– Sí, ya tiene 2 semanas…
Podemos pensar que algo así solamente puede venir de un hombre que muy poco observadores son, pero NO! Un día después de ir a buscar a mi hijo a la guardería pasé por un puesto de verduras y la chica que trabaja allí con la que me llevo muy bien me dice, ay! Ya vi pasar a tu esposo con tu hijo y me imaginé que había nacido tu bebé. Le digo, sí está afuera, me mira de arriba a abajo y me dice, ¿uy pero no tendrás otro bebé ahí adentro, no? Aparentemente tener poco tacto no conoce de sexo 😉
Por suerte a pesar de haber pasado por el cuchillo nuevamente todo salió bien y lo más importante es que mi pimpollo está divino y re gordete. Lo peor ya pasó…ahora viene lo MÁS difícil…sacarme los kilos que me quedaron, que no son pocos. Así que si alguna tiene algún consejito para mí, PLISSSSS S.O.S!
iraida
onFelicidades por ese niño tan hermosote!!
Aquí en Alemania hay ese tipo de mujeres que tienen esas pancita de embarazo que parecen de 4 meses y al día siguiente las ves con bebé en brazos y como si nada !
Yo tenia una barriga enorme o es que soy muy pequeñita, yo comencé mi embarazo con 55 kilos y termine con 74 la mayoría de ellos eran pura retención de líquidos, a mi me ayudó la lactancia .
Un abrazo .
Sole
onAiiiiii cuanto te entiendo! Yo también terminé en cesarea despues de mil horas de contracciones y de las mil vueltas para ir a parto natural, pero despues de 30 horas (sí, 30 horas literalmente hablando), me dijeron: “no hay caso, hay que ir a cesarea” Pero ahí no termina todo, a la semana, se dieron cuenta que me habían dejado un pedazo de placenta y tuvieron que operarme de nuevo para sacarmela!!!!!!! OMG, casi me muero, un horror!
Un beso grande Cari!
Sole.
Carina
onAy que horrible Sole!
viste que cada parto es un mundo…yo estoy feliz que finalmente esté afuera y por haberme decidido por una cesárea porque con ese tamaño iba a ser imposible que saliera y que yo sobreviviera 😉
Marta
onYo salí del hospital después de mi segunda cesárea a los 5 días con una barriga como de 8 meses de embarazo . 11 meses después mi barriga ya parece de 5 meses. A mi recomiéndenme un cirujano barato!!!!
Carina
onestamos en las mismas Marta 😉